Autor: Herlan Varona
Los inicios de la colombofilia en Cuba con el siglo XX, con la creación de la Sociedad Colombófila de La Habana el 15/09/1900.
Esta fue la primera en todo el país.
Los colombófilos cubanos se preocuparon por mejorar la calidad de las palomas que poseían debido a la necesidad de hacerlas regresar en el mismo día de suelta.
Además de preocuparse por la morfología y adaptación a las condiciones climatológicas de nuestra Isla.
Todo esto unido al auge cada vez mayor que alcanzaba la colombofilia en el mundo, principalmente en Europa y en Bélgica como nación madre
Esto sin dudas tuvo una decisiva influencia en nuestros criadores por toda la información que llegaba a través de la prensa especializada como el periódico “Le Martinet”
Hay que decir también que los: Mrs. Félix Gigot, Albert Durieux y Joseph Henin, según las diferentes épocas, mantenían estrecha amistad con muchos de nuestros colombófilos.
La mayor parte de los colombófilos cubanos de los primeros cincuenta años de la S.C.H. y también de la Sociedad Colombófila de Camagüey creada el 1925
Eran personas adineradas, de una buena posición económica, en su mayoría ingenieros, médicos, doctores, abogados, hombres de negocio
Esto les permitía la importación de excelentes ejemplares desde países como Bélgica, Francia, Inglaterra, España y E.U.A., en muchos casos a precios elevadísimos,
Esto sin duda trajo consigo que se consolidara el deporte alado sobre bases sólidas dado por la gran calidad de los ejemplares que se iban dispersando por los palomares del país.
A esto le agregamos el alto nivel cultural de estos queridos y bien recordados señores, que hacían que se fuera desarrollando una colombofilia muy técnica
Esto contribuyó en gran medida el contar con personalidades como los médicos Dres. Félix Suárez Garro y Víctor M. Pérez Lerena. Con sus obras ayudaron al desarrollo y consolidación de la colombofilia, no sólo en Cuba, sino en el resto de los países de habla hispana.
Con una gran visión futurista, capaz de hacer conciencia en época tan temprana como 1929, sobre la creación de una raza criolla, por la necesidad de lograr palomas que estuvieran adaptadas a nuestro fuerte clima tropical.
Esto afectaba a las palomas traídas desde la fría y lejana Europa, sobre lo cual el bien llamado “Padre de la Colombofilia Cubana” Dr. Víctor M. Pérez Lerena hizo una exhortación a los colombicultores cubanos para que trabajasen en ese sentido.
El Dr. Pérez Lerena explicaba desde las páginas de la revista “Cuba Colombófila” de 1929 la necesidad
De contar con nuestra propia raza de palomas, ya que serían nuestras palomas, adaptadas a nuestro medio ambiente, a nuestro clima.
Anterior a esta fecha habían sido importadas las palomas de las razas Wegge, Grooter, Van Schingen, Pittevil, Gigot, Vassart, Hansenne, Janssens, Gilbert, Bamplain, Veckman, Fabry, Ruhl, Drapps, Heitzman, De Mooy, Miller, Collenet, Gurnay, Henin, Bricoux y Sion entre otras.
En este mismo año son importadas las primeras Stassarts por los Sres. Miguel A. Reyes y Francisco Pérez Lerena, este último de excelentes relaciones de amistad con el gran campeón belga Monsieur Guilleume Stassart
En octubre de 1935 Monsieur Guilleume Stassart realizó un viaje a Cuba y trajo personalmente un grupo de estas formidables palomas con el objetivo de contribuir al montaje del llamado
“Hogar de los Stassarts en Cuba”, propiedad de los Hermanos Pérez Lerena.
En 1914 había sido importado por el Dr. Manuel Viera Montes de Oca un extraordinario lote de doce palomas, que bajo el nombre de las
“Durieux”, ayudaron a elevar la calidad de nuestras mensajeras con los rotundos triunfos que iban alcanzando y fortaleciendo los palomares donde eran introducidas.
Quince años más tarde se conoció que estas palomas procedían de los palomares de los Sres. Jules Janssens y Arturo Marchal y pertenecían a las razas Wegge, Van Schingen y Grooter, sin dudas de lo mejor de la Bélgica de entonces y de las razas bases de las mejores mensajeras que existen actualmente en el mundo.
Con el trabajo paciente y la selección hecha por los distintos cultivadores a lo largo de más de cien años de colombofilia en Cuba y la introducción de alguna que otra paloma,
como las importaciones de algunos Grooter hecha en los finales de los años 40 y principios de los 50 por los Sres. Omelio García Pila y José A. Pérez Noriega desde los Estados Unidos
Esto fue consolidando los palomares cubanos y debido a la mezcla de todas estas excelentes razas dió lugar al surgimiento de la que hemos coincidido en llamar “La Paloma Mensajera Cubana”
Predominando en ella con mayor fuerza las razas Wegge, Van Schingen, Grooter, Stassart y Janssens (Jules Janssen de Shaerbeek)
Las diferentes características que aparecen en ellas:
como los ojos tabacos y blancos de los Wegge y los Van Shingen que los asegura como excelentes voladoras de fondo
el vizo rojizo en el interior de las plumas de las alas y en ocasiones en el resto del plumaje debido a la presencia de los Grooter;
la fortaleza y resistencia para volar grandes distancias unidos al color de los ojos, en ocasiones tabaco o marrón, dado por la presencia de los Stassarts;
además de una gran viveza y poder de orientación heredadas de las mejores cualidades de sus antepasados, que sin dudas la hacen poseedoras de una gran calidad.
Un hecho importante que también influyó en la formación y consolidación de nuestra propia raza de mensajeras es que
A partir del 59 se dejó de importar palomas debido a los cambios políticos, económicos y sociales ocurridos en el país
Esto hizo que se mezclaran aún más entre sí las líneas en formación y se homogenizaran más
haciendo que la mayor parte de nuestras palomas actuales tengan un alto parentesco o un origen común.
A todo esto le agregamos otro hecho importante ocurrido en la segunda mitad de los años setenta con una donación
de ejemplares que llegó al país procedente de Checoslovaquia y Rumanía
Esto resultó un fracaso dado las características de estas palomas, de mucho plumaje y gran tamaño, totalmente diferentes a las nuestras, que no pudieron adaptarse a nuestro medio
y dada su belleza y morfología hizo que muchos colombófilos desecharan nuestras antiguas palomas y se enfrascaran en el cultivo de éstas
Una vez percatados del error volvieron sobre las antiguas palomas, pero ya se habían perdido muchas líneas importantes.
Sólo aquellos que no se dejaron llevar por esta oleada de checos y rumanos supieron mantener nuestras cubanitas palomas y a ellos le debemos hoy la existencia de ellas.
Es por eso que la mayor parte de las mejores palomas de la actualidad tienen un tronco común basado en lo que los Sres. Juan Pulido Ledesma y Francisco “Paco” Alonso como artífices principales
Estos lograron cultivar a partir, fundamentalmente, de palomas como
el 2415-61 Macho Mosaico, el 2090-59/61 Macho Azul, la 174-58/67 Hembra Empedrada y el Derby 86-56 Macho Empedrado respectivamente
todas procedentes a su vez de lo mejor dejado por el Sr. Omelio García Pila.
6 comentarios en «La Palomas Mensajera Cubana (Primera Parte)»
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