Pescar en Cuba es parte de las tradiciones históricas de un país que se ha desarrollado en fecunda relación con su paisaje:
5 mil 743 kilómetros de varios tipos de costas, desde los manglares hasta las rocosas, hondones y zonas bajas, ensenadas y bahías.
Los ríos que atraviesan la isla y el mar que la rodea, son muy importantes para los cubanos, que ya realizaban esta actividad con carácter recreativo en el siglo XIX, como se evidencia en escritos del novelista Cirilo Villaverde o el sabio Felipe Poey.
Luego se convirtió en un deporte, definido por el hecho de capturar organismos acuáticos con fines competitivos, sin ánimo de lucro.