Matanzas recibe un toque distintivo por estar ubicada entre las
desembocaduras de los ríos Yumurí, San Juan y Canímar, y ser bañada por una de las bahías más hermosas del norte de la Isla.
Los matanceros y visitantes nacionales y foráneos sienten sano orgullo al apreciar en ella lugares emblemáticos
como el parque Monserrate, las cuevas de Bellamar, el intrigante Museo San Severino, el paseo Martí y el increíble paraíso que es Varadero.
Llegó Matanzas a sus 325 AÑOS de fundada con un grupo de obras restauradas que la hicieron renacer y mostrar sus mejores galas;
con particular realce de los edificios del siglo XIX y el paseo Narváez, único de su tipo en Cuba, con un malecón al lado del Río San Juan, y múltiples proyectos culturales y gastronómicos entre galerías, cafés y pizzerías.
Algo de lo más emblemático: el afamado teatro Sauto, el Palacio de la Justicia, hoy Oficina del Conservador; los museos Palacio de Junco y el
de Bomberos, y hasta el vial de la Plaza de la Vigía, que quedó conectada a la Calle del Medio formando un corredor peatonal que une la Plazoleta de la Catedral, la de Armas o Parque de la Libertad, como es común llamarle.
Hoy, al caminar por sus calles y ver tanta gente alegre en su cotidianidad y su terruño, quizás no veas a los San…, claro, ha pasado el tiempo y ya no es San Carlos ni San Severino, es MATANZAS.